❶ En Una Cita Con El Ginecólogo: Gardnerelosis

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Anonim
En la cita de un ginecólogo: gardnerelosis
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Alrededor del 50% de las infecciones vulvovaginales son disbiosis vaginal. Se manifiesta en forma de vaginosis bacteriana, anteriormente conocida como gardnerelosis. Al mismo tiempo, las formas asintomáticas de la enfermedad representan aproximadamente el 50%. Ubicación: Ubicación:

Gardnerella es una enfermedad causada por Gardnerella vaginalis, que ocurre debido a su mayor crecimiento con una disminución en el número de lactobacilos característicos de la microflora vaginal normal. Gardnerella se encuentra normalmente en el 5-60% de las mujeres sanas, ya que son oportunistas.

La composición de la microflora vaginal se ha discutido desde la segunda mitad del siglo XIX. Anteriormente, cualquier inflamación en la vagina causada por patógenos inespecíficos (es decir, no Trichomanads, gonococos u hongos del género Candida) se denominaba vaginitis inespecífica. Luego fueron renombrados sucesivamente como vaginitis vaginal por Haemophilus, vaginitis por Corynebacterium, luego vaginitis por Gardnerella (gardnerelosis), vaginosis anaeróbica, vaginosis inespecífica.

Finalmente, en 1984. en el Simposio internacional sobre vaginitis en Suecia, se introdujo el término utilizado hoy: vaginosis bacteriana. Bacteriana, ya que hay un crecimiento excesivo de bacterias con predominio de anaerobios y vaginosis, porque no hay células responsables de la inflamación: los leucocitos.

Normalmente, en mujeres sanas, 1 ml de flujo vaginal contiene 105-107 microorganismos. Al mismo tiempo, hasta 90-95% son lactobacilos, que producen peróxido de hidrógeno, asegurando la acidez del medio ambiente. El peróxido secretado por lactobacilos inhibe el crecimiento de anaerobios, manteniendo la composición de la microflora vaginal.

Con la vaginosis bacteriana, la situación es la opuesta: los anaerobios comienzan a prevalecer y se desarrolla disbiosis. La disbiosis vaginal ocupa una proporción bastante grande de infecciones vulvovaginales (hasta 50%). Al mismo tiempo, la capacidad de los lactobacilos para producir peróxido de hidrógeno disminuye, como resultado, la acidez del medio cambia, el número de bacterias en su conjunto aumenta a 1011 por 1 ml. En este caso, los anaerobios comienzan a producir activamente aminas, que son la causa del olor "a pescado" del flujo vaginal. Además, las aminas, junto con los ácidos orgánicos, tienen un efecto tóxico en las células epiteliales de la vagina, que se exfolian intensamente, lo que provoca una descarga abundante.

No se sabe exactamente qué cambia la composición de la microflora vaginal, las infecciones concomitantes, una violación de la higiene personal, una disminución de la inmunidad, cambios en los niveles hormonales, algunos medicamentos (principalmente antibióticos), cambios estructurales en los órganos genitales e incluso una vida sexual activa puede afectar.

La enfermedad puede ser manifiesta y latente. En el 50% de las mujeres, no se encuentran manifestaciones clínicas. Si los síntomas están presentes, entonces es una secreción profusa con un olor desagradable (a menudo descrito como el olor a "pescado podrido"), grisáceo o blanquecino, a veces amarillento verdoso, espumoso, más abundante durante la menstruación o después de una relación sexual sin protección. Todos estos síntomas se pueden observar durante muchos años con diferentes grados de gravedad.

El diagnóstico se basa en la detección de los siguientes signos: un aumento en el pH de la secreción vaginal de más de 4.5, la identificación de aminas mediante pruebas, la detección de células "clave" en el flujo vaginal, la microscopía de frotis vaginales, el examen cromatográfico.

El tratamiento de la enfermedad consiste esencialmente en restaurar la microflora normal de la vagina. Para suprimir el crecimiento de anaerobios, se usan metronidazol y clindamicina durante siete días. Los medicamentos pueden administrarse por vía oral o como tabletas vaginales. Las formas orales y los tratamientos tópicos se pueden usar simultáneamente para aumentar la eficacia. Si es necesario, agregue medicamentos antimicóticos: fluconazol. A veces se usan tinidazol, ornidazol.

Para restaurar la flora de la vagina, se prescriben eubióticos: lactobacterina, acilacto, bifidumbacterina localmente en forma de supositorios.

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